Hace unos días, una pareja de amigos fue atacada al salir de un Oxxo, ella murió, él está grave.
Sobreviven hijos pequeños.
En medio de la Grilla, en medio de los lamentos de la pandemia, olvidamos que la inseguridad vuelve a tender sus redes por todos lados.
Esa clase de inseguridad que lacera porque hace víctimas de civiles inocentes.
Que se agrava porque el pequeño emperador trae a los militares como peones de albañilería en vez de cuidar nuestras calles.
Y se agrava más todavía, porque en el Estado convertimos a Fuerza Civil en un remedo...
Así nos pesca la hora de elegir.
Si no ponderamos el asunto de la seguridad y la inseguridad este 6 de junio, quizá regresemos a esos tiempos oscuros cuyas heridas no han sanado del todo.
No se apasione, porque quienes sufren las consecuencias de una mala elección son personas inocentes.
No nos engañó El Peje, dijo que sacarían al Ejército de las calles...
Por castigar a los corruptos, según nuestra óptica, nos condenamos a esto.
Es cierto, en el mundo ideal no debiera existir la corrupción.
En el mundo real nos la topamos a diario.
Lo que no quiero volver a toparme son a esos miserables hediondos sembrando terror.