Reino Unido a 23 de julio del 2021.- Su voz única, su fragilidad y su carisma la llevaron a lo más alto del firmamento de la música pop. Pero Amy Winehose fue una estrella fugaz.
Falleció a los 27 años, víctima de una intoxicación etílica, según el informe forense.
Diez años después de su muerte, el mito sigue intacto y ella es uno de los iconos de principios del siglo XXI.
Un padre omnipresente y codicioso, un amante que le rompió el corazón, sus adicciones, el acoso de los paparazzi, la vida de Amy Winehouse tenía todos los ingredientes de la tragedia, y tuvo el mismo sino que otros grandes mitos del rock'n roll que murieron en la flor de la juventud.
Finales del 2005 en Miami; nuevo estudio con nuevo productor. Se escuchaba una voz ronca, sensual y triste, como un corazón roto, marinado con 5 o 7 whiskys y humo de cigarro.
Sonaba como si viniera de otro tiempo, le hacía eco a Janis Joplin, Aretha Franklin y Ella Fitzgerald.
Amy Winehouse terminaba de grabar un disco que nació del dolor, con letras que parecían simples y cotidianas, que sentíamos como nuestras.
Así nació Back To Black, una mezcla de R&B moderno y retro, el segundo álbum más vendido en el siglo detrás de 21 de Adele.
En cada canción se notaba su naturaleza dulce, amarga y emparejada con un apetito sin fondo por la autodestrucción.
Amy forma parte del reducido olimpo en el que están Jim Morrisson, Janis Joplin, Jimi Hendrix y Kurt Cobain, todos desaparecidos a los 27 años. Su rostro y su figura se han convertido en uno de los símbolos de Camden, el barrio londinense donde vivió hasta su muerte... 'Back to Black' la lanzó a la fama en 2006. Dos discos y menos de diez años en escena bastaron para que el nombre de Amy Winehouse entrara a formar parte de la historia de la música