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  • Foto del escritorRed Crucero

Capacidad de asombro

Cristo ya nació, en Palacagüina

de Chepe Pavón Pavón y una tal María

Ella va a planchar, muy humildemente

la ropa que goza la mujer hermosa del terrateniente


El Cristo de Palacagüina / Carlos Mejía Godoy


Debo confesar que a 38 años que inicié en mi carrera de periodismo, ya son pocas las cosas que me asombran y que causan al enterarme que se me caigan las quijadas y se me quieran salir los ojos de las cuencas.

A lo largo de estos años he visto he visto de todo y he cubierto notas de toda clase, de todas las secciones, en tantos frentes que me han tocado, pero tal parece que el factor sorpresa, como canta en sus versos de “Pedro Navajas” el gran Rubén Blades, es algo que a veces se nos olvida y no tomamos en cuenta.

Y sí, “la vida te da sorpresas”…

Por eso, no sin estupor leo y aun no creo la nota de que el ahora déspota antes guerrillero Daniel Ortega, quien gobierna con vara de hierro al lado de su mujer, Rosario Murillo la apaleada Nicaragua ordenó “despojar de su nacionalidad a 94 disidentes”.

¿Legalmente se puede quitar la nacionalidad a un individuo? Pues parece que si no legalmente, sí por los cojones de Ortega y compañía… Aunque hay voces internacionales que opinan lo contrario.

El delito de los condenados a la apatridia: pensar y actuar distinto al sátrapa quien, en aquellos lejanos años fue un libertador de su pueblo y un héroe de la revolución sandinista.

Lety Herrera, una verdadera maestra para mi en mis pininos periodísticos me lo advirtió muchas veces: “De revolucionario a mercenario no hay más que un paso”.

De vuelta a Nicaragua, apenas la semana pasada, Daniel Ortega ordenó la salida de 222 opositores detenidos en cárceles y los expulsó del país a bordo de un avión que Estados Unidos facilitó para liberarlos. “…Siete ex candidatos a la presidencia, empresarios, líderes estudiantiles y campesinos, periodistas, abogados y defensores de derechos humanos” figuraban en ese grupo de expatriados.

A estos infortunados, el régimen de terror nicaragüense calificó como “prófugos de la justicia” y, como en tiempos del medioevo, se decretó el decomiso de sus propiedades.

Nada más faltó que Ortega ordenara que se sembrara sal en sus terrenos porque de que se les mandó hacer un “trabajito” se brujería sobran las sospechas.

Por cierto, el régimen de Ortega es el mismo que recientemente recetó las marchas masivas como remedio contra el Covid-19.

Ayer miércoles el ex líder guerrillero que luchó y venció al infame Anastasio Somoza Debayle, heredero de una casta que gobernó esa pobre nación centroamericana desde los años 30’s del siglo pasado hasta principios de los años 80’s o algo así, mostró que la maldad se hereda, aunque sea de los adversarios.

Esto que acaba usted de leer lo escribí con la tristeza de un latinoamericano, pero con el orgullo de un periodista mexicano, que, pese a la edad, aun vibra con la noticia.

Cuando ya nada me asombre, será momento de retirarme.

De los poderosos versos de Mejía Godoy en cuanto a su “Cristo de Palacagüina”, resuenan:

“María suena que el hijo igual que el tata sea carpintero

Pero el chavalito piensa mañana quiero ser guerrillero…”

@obedc


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