Colosio reclama una silla en la mesa política de las decisiones

AYER, iL CHÉCHARE, alias César Garza, se vistió de gloria con su anuncio de que rechaza la mediación del Mike Treviño, alcalde en San Píter de la Coloña, para tratar de arreglar los asuntos entre los alcaldes y Pedro Bello, alias Samuel García.

Encarrerado que andaba, y como aquello era en vivo, se corre el riesgo de que la emoción traicione... y ya encarrerado le dejó un cariñito al ex rector David Noel Ramírez, el activo político más preciado relacionado con el Tec de Monterrey.

Pero el parrafito que provocó frentes arrugadas y carraspeos, fue cuando dijo que las fotomultas fueron usadas para saquear a los ciudadanos.

¿Resbalón involuntario?

Lo veremos más pronto que de inmediato.

DEBO SEÑALAR QUE LA ENTRADA AL JUEGO del asunto del Fiscal por cuenta del Hijo de la Leyenda, alias Luis Donaldo Colosio, no viene patrocinado ni por el Pelón Perverso, Dante Delgado, ni por Pedro Bello.

Esto más bien es para recordar que él también juega, si es que de veras se abre el juego sucesorio para una gubernatura interina...

Es decir, si se abre una mesa, quiere una silla en la toma de las decisiones.

LA PROPUESTA DE MIGUEL TREVIÑO, FUE el último intento desesperado de Samuel García por regresar a las negociaciones... por sentarse otra vez en la mesa de los partidos.

No hay vuelta atrás, Chefo Salgado ya dijo que no va... Rulo Barbastengas hace mutis, y el PRI Chentofoguiano tampoco quiere regresar a dialogar con un especialista en romper pactos y en transgredir la palabra empeñada.

Samuel está en calidad de desaparecido... y el frío que le prodigó El Conde de Transilvania lo dejó estremecido.

Es como si en el silencio del gran salón solamente se escuchara el tic tac del reloj que marca el tiempo que le queda.

Repito, a la hora de escoger el PP, Pelón Perverso, Dante Delgado Rannauro escogió Jalisco.

Samuel ha pasado estos días en busca de apoyo y mediación... ya le pidió a don Giorgio de Mendoza, alias Jorge Mendoza, que interceda ante Samuel.

Don Giorgio lanzó el hilo, pero no picó el catán.