Red Crucero
Cosas de Poder, de Soberbia y de sueños...

Todavía no les cae el veinte... todavía no alcanzan a captar la realidad del natural desgaste y el antinatural desplome.
En el gabinete de Samuel se percibe un dejo de soberbia, un tufo de autosuficiencia.
La torcida sonrisa de quien se dirige a la opinión adversa con una expresión natural... "Pobres pendejos".
Nada del otro mundo... es el natural bloqueo de quien se siente de repente con un poder desconocido y cree que lo pone lejos, muy por encima de los demás mortales.
Es tan endeble el entramado... y no lo parece.
En términos reales, los hombres y mujeres del poder no hablan de candidaturas en el futuro, hablan de elecciones ganadas y cargos conquistados en automático.
Así, Martha Herrera no será candidata a la Alcaldía, sino próxima alcaldesa... Mariana Rodríguez no será candidata al Senado, sino próxima Senadora... Glen será diputado y los muchachos de Hernán tomarán por asalto los controles que resulten libres tras el reparto de los siguientes territorios.
Van a dominar el Congreso, y cuando ello ocurra Chefo se va a la cárcel... Heliodoro suplicará de rodillas con costales de oro en derredor, que por favor lo dejen en paz.
El poder es tan atractivo, que hombres y mujeres mueren y matan por obtenerlo.
Y a veces se confunde con algo tan pasajero como un cargo público obtenido en circunstancias que otros controlaron.
El problema para los muchachos de Samuel es que mientras ellos flotan, sus enemigos se multiplican... y como no tienen una nube para soñar igual, traman venganza con los pies plantados en la tierra.