top of page
  • Foto del escritorRed Crucero

COVID: Machista



Por Jose Luis Galvan Hdz.


Otras víctimas más del COVID 19, son el género femenino que hace una año habían paralizado al país, con el primer gran paro nacional en torno al “Día internacional de la mujer”. La violencia sobre la mujer en nuestro país iba en aumento, además de que no se reconoce su importancia en el rol económico, eran tan solo parte de los motivos para la gran manifestación. El domingo 8 de marzo saldrían a apoderarse de las calles, de las plazas, de todos los espacios públicos al unísono grito de “¡NI UNA MÁS!”. El lunes, en contraste, silencio total, inactividad, ausencia. Se extrañaba su fuerza laboral y su presencia en nuestras calles.

Pero llegó el virus como un machista mexicano, las volvió a meter a la casa. – “No salgas, tu lugar es el hogar”. En el colectivo de la sociedad se esfumó lo logrado ese 8 y 9 de marzo como símbolo de una lucha de décadas de las mujeres mexicanas. La peor parte es que la violencia intrafamiliar superó los niveles ya registrados al estar encerradas con el macho mexicano. Pensamos que no se podía más, pero el COVID resurgió al macho que llevamos dentro.

Tenemos tanto dolor por el virus, por tantas muertes, por la economía que se desploma, por una gran depresión colectiva por el encierro, que se nos olvidó que ellas, las mujeres, viven en una constante fragilidad, encierro y abuso por nuestra costumbres, de verlas como responsables o exigirles el quehacer del hogar. Finalmente somos una sociedad patriarcal.

Ante esta reflexión, en pro de las mujeres detengo el escrito, voy por una chamarra ante el viento que pega en mi cuerpo, sentado en mi terraza, no la encuentro, es de noche, quiero despertar a mi mujer que “debe saber” donde está, porque no sé dónde la guardó “Doña Pipa”, la señora que nos ayuda en las labores de la casa. Me doy cuenta de que no lo puedo evitar. Desde la cotidianidad seguimos con esos mismos errores, encasillando el rol la mujer en nuestras casas.

¿Por qué las seguimos viendo como las encargadas de las labores de la casa? Hago memoria de mis cincuenta años y no recuerdo haber visto también a ningún señor que nos ayude en la casa. Habrá jardineros, mayordomos, choferes, pero no hombres que laven los trastes, barran, trapeen, tiendan camas, etc. Sin duda hay un gran prejuicio sobre el rol de las mujeres y los hombres en nuestra sociedad.

Además en esta “nueva normalidad” a la que nos que nos somete el COVID, por salud, porque es lo mejor para todos, regresamos a la mujer a la casa, se desvalora su trabajo o su inclusión a la sociedad laboral; o más lamentable aún, al estar en pareja dentro del hogar conviviendo por más tiempo del que estábamos acostumbrados , los hombres no sabemos qué hacer ante este nueva realidad y a veces solo buscamos en ellas la sexualidad, esperamos verlas como un empleada doméstica o la perfecta institutriz con nuestro hijos; y si no es así, descargamos nuestro estúpido aprendizaje machista, las costumbres patriarcales de nuestra sociedad con violencia, física, emocional,

económica o verbal ( entre otras) sobre ellas, con la complicidad del silencioso COVID 19, que resulto también un ente machista.

79 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page