Aquella espantosa crisis del 95, nos puso de rodillas...
Perdimos empleos... perdimos la casa... perdimos autos... perdimos empresas.
En esos días negros, la gente se quitó la vida, muy poca, pero lo hizo... no se veía cómo íbamos a salir adelante, si para colmo, el gobierno de Ernesto Zedillo nos dejó caer un incremento de 5 por ciento al IVA.
¿Cómo salimos?... Dios debe saberlo, nosotros no sabemos, pero salimos.
México respiró, a fin de cuentas resultó que Ernesto Zedillo era un gran Presidente que nos hizo disciplinados, que nos obligó a trabajar más duro y a pagar a como se pudiera, pero pagar y retornar a lo que perdimos.
Cierto, en ese ínter se dio el odiado Fobaproa, que en realidad era un excelente programa porque a través de él pudimos renegociar nuestras deudas y salir, aunque los más vivos se colgaron de él y metieron sus monstruosos créditos que sí podían pagar a ese barril sin fondo.
En fin, salimos...
En 1985, la madre de todas las tragedias, el terremoto... espantoso y letal, como nunca hubo otro en México.
De rodillas otra vez.
La pérdida de vidas, la paralización de la vida administrativa en el corazón de México.
Éxodo masivo de habitantes que buscaron en otras entidades reiniciar sus vidas.
Un liderazgo tibio en Miguel de la Madrid, que no acertaba a tomar decisiones, y fue entonces una sociedad civil necesitada, una solidaridad de todo el país que se brindó en demasía... y salimos, salimos todos hasta aquellos a quienes no se nos removió la tierra... pero se nos removió el corazón.
Con líderes fuertes como Zedillo, o con líderes blandengues como De la Madrid, México ha salido.
No sé qué tan fuerte nos va a pegar el coronavirus...
Me estremece ver que Nueva York ya tuvo que habilitar una morgue rodante con camiones refrigerados.
Me estremece ver que Italia avanza un día y retrocede dos... que España despierta todos los días al horror.
¿Qué tenemos nosotros para enfrentar a la madre de todas las pandemias?
¿Un líder fuerte?, por supuesto que no.
¿Un líder blandengue?... no señor...
Tenemos un líder cuyas facultades mentales no parecen completas o alineadas.
No es un líder.
¿Tenemos sociedad civil?... ¿Tenemos ciudadanos?
No va a quedar de otra, vamos a tener que imponer la fuerza de los ciudadanos en un momento en que el líder malito se encargó de dividirnos y de llenarnos de rencor.
Más vale que nos unamos ahora, porque lo que se viene no es ideológico, es sanitario y es letal.
Hay que cuidarnos, hay que darle gel al que no trae... compartirle el agua con cloro al taxista... saludar de lejecitos...
Hay que tomar decisiones sin preguntar por quién votaron.