Pareciera que la nueva política se refiere a dejar patente el desprecio de la autoridad a los ciudadanos que pagan los impuestos y que, en teoría, son los mandantes, para que el mandatario, es decir, el Ejecutivo, lleve a cabo lo que el ciudadano manda.
Pero la nueva política lo ha interpretado al revés. En primer lugar, porque está haciendo sufrir a los nuevoleoneses al obligarlos a hacer largas y filas, que pueden llegar a ocupar hasta seis horas de los ciudadanos para hacer el cambio de láminas de sus automóviles, lo que antes se realizaba sin contratiempos y en pocos minutos en las sucursales bancarias o con un trámite en la página de internet del Instituto de Control Vehicular.
Amigos y vecinos se han ido a formar en la fila desde la noche anterior, para ser de los primeros en realizar el canje, ocasionando molestias de quienes, con su voto, hicieron ganar a este gobierno. Están igual que el gobierno del Presidente López Obrador, al obligar a millones de personas a realizar largas filas en las sucursales del banco del bienestar para cobrar sus apoyos sociales.
Otra pifia contra los ciudadanos fue la de retener las participaciones a los municipios que no son del partido naranja, porque si la intención n fue afectar a las y los presidentes municipales de oposición, los que fueron finalmente afectados fueron los ciudadanos, porque al dejar de pagar salarios a policías municipales, al personal de limpia o los servicios básicos de iluminación, dejaron de tener esos servicios a su disposición.
Ni qué decir de los incrementos a las tarifas del transporte público y del metro, sin que haya mejorado en lo mínimo el servicio, porque nuevamente, hay que formar largas filas para abordar un camión, el que además, tarda mucho en pasar.
En fin, este desprecio al ciudadano parece ser el significado de la nueva política. Deben tener cuidado, porque este desprecio al ciudadano, se puede transformar en un desprecio de los ciudadanos.