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  • Foto del escritorRed Crucero

El inocente capricho que puede arrasar con las resoluciones oficiales

¡caray! es un asunto tan nimio, tan insignificante, que no tiene sentido tratarlo.


¿Qué pasa si en vez de el escudo de Nuevo León aparece un documento con el escudo del león pedorro del Nuevo Nuevo León?


Pues bueno...


Mañana usted termina sus trámites de intestado... o le dan un permiso para edificar una casa o un complejo de apartamentos.


Y resulta que la notificación viene en un papel oficial en el que aparece el escudo "novedoso".


O qué tal que le llega una demanda en contra... o que resuelven a su favor el desalojo de inquilinos abusivos.


Y que todo eso venga en un documento en cuyo margen se lee y se ve el escudo del Nuevo Nuevo León.


Sencillo... ¡Cualquier abogado picudo le tumba la resolución favorable porque no está en un documento oficial!


Un documento oficial es el que tiene el escudo oficial... no el de la ocurrencia.


Y me pregunto...


¿Dónde están los organismos que rasgaban sus vestiduras cuando se hablaba de reformar la Ley para quitar al Ejecutivo el control de las paraestatales más importantes?


¿Dónde andan los caintros y canacos... los del Consejo Nuevo León... los coparmexos?


¿Así de plano?... ¿capados?


No es una ocurrencia inocente, es un caprichito que puede salir muy caro a los ciudadanos que requieren de documentos oficiales.


Es cierto que permitir que el Ejecutivo viole la constitución en este asunto puede ser una constante que no se detiene, y que incluye el cargo con presupuesto para la esposa... la secretaría "honorífica" para Marco Pollo González.


Pero más grave aún que eso, es la posibilidad de que los actos jurídicos o ejecutivos derivados de juicios, de solicitudes o requerimientos, pierdan toda validez oficial por no contar con el escudo que la Constitución establece.


Pero bueno, nuestro estado de Derecho es como el plátano... ¡chueco sin remedio!


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