El derecho a la salud está consagrado en el artículo cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al establecer que “toda persona tiene derechos a la protección de la salud”.
Crear un sistema de salud universal, ha sido uno de los retos más grandes en nuestro país.
Si bien se trata de un derecho de los denominados aspiracionistas, porque hasta el día de hoy ningún gobierno ha logrado garantizar la cobertura universal de salud, cada vez se lograban avances en la atención médica de las y los mexicanos que están fuera de algún sistema de seguridad social, como el IMSS y el ISSSTE.
Esa tendencia se diluyó en el actual gobierno federal al decidir, en enero del año 2020, desaparecer el Seguro Popular para substituirlo por el Instituto de Salud para el Bienestar, mejor conocido como INSABI.
La reciente desaparición de este Instituto sólo demuestra el fracaso de la política de salud del actual gobierno.
El Seguro Popular no era una institución perfecta, tenía sus problemas, incluidos los casos de corrupción en la compra de medicamentos; pero en lugar de corregir los problemas y combatir la corrupción, decidieron liquidarlo y dejar desprotegidos a 52 millones de usuarios.
El INSABI, en su corta vida, nunca alcanzó a bridar la cobertura que ya tenía el Seguir Popular, pero si recibió cientos de miles de millones de pesos del erario federal.
De acuerdo a estimaciones del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria A. C. (CIEP) En año 2020 ejerció el INSABI un presupuesto de 218 mil 614 millones de pesos, lo que representó un 15.3 por ciento superior a lo ejercido por el Seguro Popular en 2019.
Para el año siguiente, el presupuesto del INSABI sigue siendo superior al 2019 en un 4.5 por ciento, pero menor al del año anterior en términos reales en un 9.3 por ciento, sumando un total de 198 mil 344 millones de pesos.
Según otras fuentes consultadas en el 2022 el presupuesto asignado fue de 103 mil 366 millones de pesos y en el 2023 107 mil 216 millones de pesos, este último ya no se ejercerá por haber decretado su desaparición.
Como cada año se incrementa la población por atender, el INSABI se perdió en su objetivo de brindar a todos los mexicanos sin cobertura de salud servicios y medicamentos gratuitos.
Ahora será el IMSS Bienestar, lo que sea que eso signifique, será la entidad responsable de atender a esta población vulnerable.
Lamentablemente el IMSS no cuenta con la capacidad instalada para atender a sus propios derechohabientes, y mandarle de un día para otro, 33 millones de nuevos usuarios es un reto mayúsculo, lo que anticipa un mayor deterioro del Instituto y una deficiente calidad en los servicios que brinda.
Lo dicho, este sexenio ha fracasado en su política de salud que es fundamental para las y los mexicanos. De educación y seguridad mejor ni hablamos.