Algo que me deja ver la marcha de López, es que MORENA no existe... existe López... un Tlatoani que sostiene el báculo de poder, que moviliza y acarrea.
Un líder espiritual que a estas alturas, en el cuarto año, cuando todos declinan, él tiene suficiente fuerza para infundir miedo en gobernadores, alcaldes y diputados de su partido, que los obliga a pagar los gastos para el traslado de miles, decenas de miles de ovinos unidos para balar al ritmo que marca el anciano dirigente.
"Soy acarreado", exclaman exultantes...
Sin acarreo aquello hubiese dado pena.
Pero López es el hombre fuerte... fuerte y viejo... viejo y cascarrabias...
¿Cómo va a llegar al 2024?
El poder lo transforma como a Mun Rá...
Pero debajo de él un montón de lobos rapaces, mal disfrazados de ovejas aguardan el momento de tener a su cargo el rebaño.
La Sheinbaum... Ebrard... Adán Augusto...
¿Cómo hará este anciano iluminado para impulsar la barca en el 2024?
No hay un proyecto al cual derrotar... es solo un hombre... un anciano medio encorvado y evidentes signos de decrepitud por ciertos excesos.
Sus desafíos son claros.
-Mantener fuerza y poder en lo que resta de su sexenio.
-Evitar que los lobos rapaces peleen entre sí a dentelladas y se maten unos a otros antes de tiempo (El escupitajo a Ebrard es un referente).
-Imprimir a MORENA el sello personal... que sin él en la boleta, los borregos reconozcan a su pastor.
Se engañan quienes aseguran que va en caballo de hacienda.