Y así fue como llegó el año 2050. Algunos viejos recuerdan que México fue libre en alguna ocasión, pero ya no. Y en las escuelas se enseña que Dios es un invento de los poderosos para controlar a las masas. Ahora sólo hay un Dios: el todopoderoso Estado mexicano: O estás con ellos o estás contra ellos. El precio de no ser un ciudadano domesticado es que las instituciones te persigan y no te permitan ser libre y feliz.
Algunos románticos sueñan con un país en el cual el poder sirve a la gente. Pero la libertad de prensa ya no existe, las benditas redes sociales son censuradas y un nuevo artículo de la Constitución prohíbe al ciudadano expresar lo que piensa en nombre de la seguridad nacional.
Algunas personas se preguntan qué le pasó a la democracia mexicana. Pero es una pregunta que no sirve para nada así como el alma busca su salvación a través del a fé y las obras la libertad se defiende con acciones ciudadanas valientes y organizadas. En algunos círculos secretos se estudia el estoicismo y la gente aprende de Diógenes, de catón y de Cicerón y saben que deben de enfrentar a la tiranía, pero también pero también saben que esa lucha se perdió hace muchos años porque una generación respondió de forma apática a la usurpación del poder.
Cada ciclo histórico presenta a cada generación con una cita con el destino. La próxima cita es este año en las elecciones presidenciales. Cuando la gente sale a votar el gobierno tiene miedo. Cuando reina la apatía los tiranos se frotan las manos. 46,400,000 Millennials van a votar en el 2024 y también van a definir el ritmo de la política mexicana desde hoy hasta el año 2100. Si decides no votar este año 2024 prepárate para el peor escenario político posible como consecuencia de tu apatía y de tu falta de amor a México. Esta decisión es Millennial porque mi generación la “X” (1960-1982) ya sacamos al PRI de los Pinos en el año 2000.¿Dictadura o democracia? Te toca decidir.