¿Qué pasa cuando al hombre poderoso le pierden el miedo?
Si le dan palo en la Suprema Corte... si le dan palo en el Congreso... si se le rebelan los enanos, si Marcelo Ebrard dice que le vale...
Si los gringos lo arremangan y termina sumiso, ahora ante Blinken...
Si le dan la libertad a Cabeza de Vaca y por más que vocifera el Presidente, no hay manera de que lo conviertan en prófugo.
Si llora porque sus ministros de la Corte lo traicionaron.
Si no tiene poder, si ya cualquiera le brinca enfrente.
¿Habrá que regalarle un calendario para que vea que así ocurre en el cuarto año de todos sus antecesores?
Esa es la esencia del poder en México...
Debilitar al rey para que los plebeyos sueñen que pueden llegar al palacio.
O para que los otros integrantes de la realeza hagan lo propio por meterse en los aposentos reales.
López perdió poder, y lo sabe porque ya no tiemblan los súbditos a su paso.
Por eso en sus mañaneras le tiembla la barbilla... por eso vocifera, por eso amenaza y conjura.
Quiere asustar... pero en vez de ello, comienza a dar pena.
¿Quién teme a Virginia Wolf?
¿Quién teme a López?