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  • Foto del escritorRed Crucero

El rey que fue de compras...




Es reconfortante encontrar que alguien se convirtió en la excepción que confirma la regla.


¿Cuál regla?


Samuel puede comprar todo lo que quiera... Samuel no necesita convencer... no necesita utilizar una estrategia para vender, porque él no vende; él compra.


¿Hay alguna estrategia, algún Nuevo León en su mente... algún Nuevo León que se dibuja en el horizonte?


Ni él lo sabe, porque él no ve un Nuevo León, él ve un reino... su propio reino.


Y en ese reino los súbditos son felices si él les toca... si él les dirige la palabra...


Un reino en el que no necesita que le quieran, basta con que le teman.


Así que no se gana el amor, se compra voluntad.


Compró diputados, compró alcaldes, compró opiniones, compró encuestas, compró defensores...


Todo lo necesario para rodearse de súbditos capaces de corear su nombre y evitar todo asomo de crítica.


Entonces apareció el Pato Zambrano...


Y el soberano que pudo comprar al periódico incorruptible, a la televisora líder, a los activistas más molestos...


Ese soberano creyó tener al candidato opositor más molesto listo para pasarlo frente al lector de código de barras... y resultó que no le alcanzó para cubrir el costo.


O al menos, no tenía la moneda requerida.




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