En 2012 voté por López Obrador, básicamente por un detalle: Mi alma rebelde se negó a permitir que Televisa me impusiera un Presidente.
Ya con los días coincidí con gente muy valiosa, intelectuales orgánicos y de oficio... La libertad de elegir no tiene precio, no se vende.
En 2015, un medio local de gran prestigio aceptó convertirse en una simple gacetilla del proyecto heliodoriano.
Manipularon notas y encuestas, se montaron en el gran acuerdo de l gobierno federal y los empresarios locales para generar la idea de que ellos, la gacetilla, llevaron a la gubernatura al primer mandatario independiente.
Flaco favor se hicieron...
Ahora de nuevo, se montan en la ascendente carrera de Samuel García, manipulan hechos y noticias sin el menor pudor.
¿Pensarán que pueden imponerme gobernador?
Para Samuel, la tentación debe ser seductora... Ser el favorito de un medio influyente.
Y como tentación trae un pecado...
Samuel pudiera ser objeto de una escalada rebelde que no esté dispuesta a que un medio le imponga gobernador.
El pudiera es especulativo, desde luego, a lo mejor ese medio lo lleva al gobierno.
Ya veremos, ya diremos, por lo pronto a mi negra humanidad le repele la idea de que oootra vez, un medio se cuelgue la medalla y se ostente como quien nos impone a quien quiera...
Si es eficiente y honesto vale queso...
Ellos imponen a quien quieren, sobre quien no quieren.
¿Y nosotros?...