Cuando un gobernante mediocre no puede o no sabe cómo solucionar los problemas de su comunidad, busca culpables.
Pero cuando además de mediocre es perverso y malaleche, impulsa los enfrentamientos entre sus propios ciudadanos.
Chairos contra Fifís… pobres contra ricos… académicos contra empíricos… ciudadanos contra empresarios, y lo peor, ciudadanos contra ciudadanos.
López Obrador marcó esa senda y lo hizo muy bien.
Los niños se mueren de cáncer… los hediondos someten a los productores… la inflación alimentaria supera el 10 por ciento… sufrimos apagones de República Bananera…
Pero nada de eso es culpa del Peje…
Familias divididas y amistades fracturadas, en defensa o en reclamo al Presidente.
Y pensamos que lo vimos todo hasta que llegó Samuel y no pudo resolver un solo problema de Nuevo León… sobre todo el del agua.
Ahora, culpables son los empresarios que no ceden el agua de sus pozos… Culpables son los habitantes de Allende o de Montemorelos por no cedernos su agua.
Claro que no tiene la culpa el gobernador que tiene a un director de Agua y Drenaje inepto… no la tiene el gobernador quien se niega a reparar la red de distribución del agua…
No… él casi consigue el objetivo: lograr que dejen de mentarle la madre cada vez que asoma la cabeza en sus redes sociales.
Ahora nos la mentamos entre nosotros.