Enloquecidos por Elon Musk, dejamos de lado la llegada de Bill Gates.
El empresario creador de Microsoft compró las acciones de Cervecería Cuauhtémoc que aún quedaban en manos regiomontanas tras la venta a Heinekken.
Sí... Bill Gates es ahora dueño de casi todas las acciones que representaban a nuestra emblemática empresa, dentro del gigante multinacional de origen holandés.
En lo que a mi respecta, me gusta más saber que Monterrey se liga con Bill Gates... pero mucho más que la liga con Musk.
Mire usted, Musk es muy exitoso, pero si es el hombre más rico del mundo se debe principalmente a que Bill Gates ha donado a obras benéficas la mitad de su fortuna... la primera vez cuando llegó a rondar los cien mil millones de dólares.
Elon Musk fabrica carros eléctricos y explora el espacio... genera paneles solares y es proveedor de Internet en varios países, no en México.
Pero si Bill Gates donó la primera vez 50 mil millones de dólares, Musk perdió el año pasado 24 mil millones de dólares.
Pero más allá de eso, el mensaje de Gates desde hace 30 años es sencillo... en cierto momento la cantidad se vuelve irrelevante para vivir.
Musk representa los nuevos tiempos, los de la exploración...
Musk viaja al espacio para ver si encuentra caminos para una nueva civilización...
Gates viaja al África para potabilizar agua en las comunidades más remotas, en donde los niños mueren de males estomacales a causa del líquido contaminado que beben.
Musk busca huir de este mundo.
Gates todavía cree que puede ayudar a salvarlo.
Por eso celebro a Gates...
Me gustaría que este Monterrey aprendiera de la clase de su éxito y lo que con él hace.
Bienvenidos señores Musk y Gates.
Pero más bienvenido, para mi, señor Gates.