Por MANUEL ALEXANDER GARZA
En el estado mas pujante de la República Mexicana es indispensable contar con un servicio de Metro seguro y que, además, brinde un servicio constante. Al ver la gran cantidad de licitaciones que ha lanzado Metrorrey pensamos que estaban encaminadas a resolver los grandes problemas de mantenimiento que por años ha presentado el servicio, sin embargo, esa esperanza de solución se desvanece poco a poco.
Cualquiera que tenga acceso al Sistema Electrónico de Compras Públicas (SECOP) se dará cuenta que una gran parte de las licitaciones –si no es que todas– fueron declaradas desiertas en varias ocasiones. Ante la urgencia en el mantenimiento era de esperarse que las bases permitieran la elección de cualquiera de los proveedores, pero tal parece que la intención es otra, pues de acuerdo con la normativa si una misma licitación se declara desierta en dos ocasiones se abre la puerta a la adjudicación directa.
Si acaso resulta que esa es la premisa, la persona que está detrás de esta estrategia es ruin, pues a cambio de un beneficio económico y personal pone en riesgo a los usuarios y la continuidad del servicio. El mantenimiento del Metro no es cualquier cosa, se pone en juego la vida de miles e incluso de millones de personas que no tienen otra forma de trasladarse.
Gobiernos van y vienen y tal parece que son más de lo mismo, no hay un cambio verdadero. El gatopardismo significa cambiar todo para no cambiar nada, ¿sera la intencion? El brillo del dinero ciega a todos por igual ya sea la política del viejo o del Nuevo, Nuevo León; todos son iguales. Hay quienes aseguran que los grandes jefes quieren asignar varias partidas a sus amigos, que son los mismos que le vendieron al estado los 400 camiones del país asiático que –por cierto– no han llegado, y que ahora también quieren vender partes para el tren a través de varias empresas.
Aquí el tema es que no terminamos de aprender de nuestro pasado. Es importante recordar que, en años anteriores, se justificaron las compras de sujetadores y de vagones de muy mala calidad, pero que en su momento se presentaron como una oportunidad de compra “económica” y hoy seguimos pagando esos “grandes ahorros”. Señores funcionarios, no sean avorazados, la gente está cansada de empleados transas. El estado de Nuevo León merece un sistema de transporte con equipos y refacciones de calidad. ¡No se vale jugar con la vida de las personas que menos tienen!
Todo parece que los jefes de Metrorrey van por un camino muy similar al del Metro de la Ciudad de México y están dispuestos a poner en riesgo a la ciudadanía. Por el bien de todos esperamos que no se presente un accidente como el de la Línea 12 y que los Secretarios y Directores se enfoquen en la calidad del servicio y no en llenar sus bolsillos de dinero mal habido.