Te respiro María Esther... Ojos cerrados y de entre la bruma que apenas se disipa surge tu figura, con la falda azul semiceñida y el andar que bordea el pato seco...
Te respiro María Esther, y la mirada clara me recuerda al mar que me ha forjado.
-¿Qué tal Gorrón?... ¿No me va a dar abrazo navideño?
-¿Realmente es usted o un espejismo?
-¡Ande! ¿Anda fumando porquería otra vez?
-¡No, no!, lo que pasa es que no sé en dónde comienza la realidad y en dónde termina el escenario de este teatro de la vida.
-¡Eso mismito le dijo Samuel García a su siquiatra!... Nomás que él no dijo el Teatro de la vida... Él dijo La Carpa del Payaso.
-Ora me explico tanta fregadera, mire Tenchita, si existiera la máquina del tiempo yo mandaría a Víctor Fuentes unos 70 años al pasado.
-¿A esterilizar parejo y librarnos de tanto animal en la política?
-¡No Tenchita!... A juntarse con los fundadores del PAN pa que vean en lo que ha terminado su partido, con Barbastengas y Pelo Fino, además de Patasguangas, impulsando a Larrazábal.
-Ah, bueno... Pos sí... ¡Oiga!, anda usted hambreado de veras, ya se zampó nueve gordas sin pedir.
-Ay perdón, es que me pasó como a la prima Felipa Obrador... Que me ponen el plato enfrente ¡y me atasco sin preguntar!
-Pues a la otra pregunte, y mientras se me va a repartir estos entregos... ¡Ande a bolearse el cuchifláis!
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