Ni un año duró la luna de miel del gobernador Samuel García con la población y las causantes de ese desencuentro fueron las malas decisiones y la corrupción.
Los compromisos y los compadrazgos pueden ayudar en las campañas, pero también echan a perder una administración.
Contratos de constructoras a amigos de viajes, asignaciones sin licitaciones a empresas para comprar camiones urbanos.
También en la dirección de Comunicación Social traen una corrupción que huele a kilómetros de distancia y es encabezada por Glen Zambrano.
Primero, este personaje asignó contratos millonarios a la empresa Altavoz, donde es editor. Lo descubrieron y Samuel García se hizo "ojo de hormiga" pese a la presión de los diputados y sociedad.
Y todavía, no se apagaba este fuego corrupto, cuando de nueva cuenta lo agarraron en la movida.
Esta vez, le tumbaron la fachada a la empresa fantasma Telerma que él, juntos con otros funcionarios crearon al vapor. Ahí, facturaron millones de pesos y suplantaron identidades de personas totalmente ajenas a este trabajo.
Y de manera irresponsable, el gobernador dijo que no tienen la responsabilidad de checar a los accionistas de sus proveedores y solapa a sus funcionarios pidiendo que sean cuidadosos en sus adquisiciones.
Este caso ya lo está investigando la Contraloría Estatal y fue rescindido el contrato de esa empresa.
Esperemos que se llegue hasta las últimas consecuencias y se ejerza la ley sin distinciones.
Esa es nuestra cruda realidad.
Es cuanto.
@BrendaNLMX