Hay frío… profundo frío, elemental frío… frío de ausencias, frío de manos vacías de rostros lejanos…
-¡Mire nomás Gorrón tembeleque!, ahí viene con las patas torcidas, pero él hambre lo impulsa.
-Es el deber Tenchita, orejitas de malango… es el puritito deber, manque se me congelen las coyunturas.
-Ya camina usted como chencha vieja… mire, agárrese de ese barrote y no se suelte porque de repente se deja caer el ventarrón… pésquese como López Gatell al hueso… o como Poncho Robledo a la eterna candidatura del PAN a Guadalupe.
-Pobre mi Ponchito de orégano, no le pudo ganar ni a la peor Cristina de la historia.. a la que nadie quería, a la que tiene el pueblo lleno de baches y a oscuras…
-Es que a mi Poncho cuando no lo traiciona el Carapeluda, lo traiciona la memoria… se le olvidan los amigos y hace ronda con los enemigos, que nomás lo miran agachado y le sueltan el piquete en el trasero.
-Bueno, bueno… mucha plática y cero acción, no veo una suculenta gorda en mi plato y eso me tiene preocupado.
-Pos hágale como el Samuel… ese trae el estado en llamas y no se preocupa por nadita, es más, hasta saca chamacos del Capullos como si fueran cachorrillos sin dueño.
-¡Ni me diga que me da más hambre!…
-¡Ande! Ahí le van 12 gordas surtidas para que no se sienta abandonado…
-¡Esa voz me agrada!… ese lenguaje lo entiendo.
-Pos el que no entendió fue Samuelín, que le dijeron que urge que adopte medidas contra la inseguridad y contra el riesgo para los maestros… ¡y lo que adoptó fue un chamaco por el fin de semana! Como si fueran películas de plataforma.
-Yo de plano creo que nos urge repetir la elección Tenchita…
-¿Desconocer a Samuel… quitarlo?
-¡Nooo!, hay que dejarlo que sea Gobernador del Meta Verso Perverso… y nosotros ocupamos otro pal mundo real…
-¡Ándele a pedalear por mamucas y ocurrente!