Café en mano, en la tumbona de añeja madera, aguardo a que tu voz se cuele entre las hojas del durazno...
-¡Duraznillo es lo que necesita!
-¿Y ahora?... con usted no hay privacidad que valga, Tenchita preciosa.
-¿Y pa qué quiere privacidad?... si como quiera nomás está parando la orejota a ver qué capta.
-Güeno... güeno... ¿qué es eso del duraznillo?
-Una yerba que es muy buena para que la gente pueda mear sin problema.
-¿Y quién lo necesita?, porque le diré una cosa, ¡Yo no!
-Es para la gente del sindicato de Agua y Drenaje... ¡andan apretándose las verijas para que no se les salga el chorro!
-¿El chorro?
-¡El chorro de billetes que quieren amacizar de la Presa Libertad!, pero es tan sabroso ese billete, que se lo vinieron a pelear de nuevo los hampones de Pedro Haces, con su CATEM.
-¡Válgame San Cuilmas!, nosotros sin agua y ellos ocupados en ver cuánto pueden mamar de la escuálida vaca.
-Mire, vaya jambándose estas dos de papita con queso y las cuatro de pipián... aparte le tengo otras seis surtiditas, de soyita con garbanzo y con elote.
-¡Ay Papantla!, hasta parezco amigo de Chefo Salgado en San Nicolás... me está llenando el plato con harta soltura.
-Nomás que acuerde que el que traga zurra... así le dicen a los proveedores de Chefo metidos en la administración de Danielito Carrillo... ¡Hay que regresar!
-¡Uhquela!... pero güeno... son cosas de la política.
-Y de los negocios Gorrón... mire como andan todos los proveedores de gobierno, desesperados porque don Charnalgas Garza, el tesorero, ahora no los conoce... ¡Quesque es un hombre nuevo!
-¡Nuevos mis huevos!
-¿Qué le pasa Gorrón?
-Que quiero unos huevos nuevos, tiernitos... ya para cerrar cuenta.
-Pos mejor cierre el hocico, porque ya es hora de irse a entregar... que se enfrían los pedidos.
-¡Ya se me hacía muy ancho pa ser buen encaje!... a darle.
-Y llévele de estas fortalecedoras a la flaquita que siempre lo batea... dígale que le quiero mucho.
-¡Va que va!