top of page
  • Foto del escritorRed Crucero

La gorda orejona


No era tuya esa sonrisa María Esther, era mía... No sé, no supe si de tu buena voluntad me la entregaste o la hurté cuando en tu descuido me inventé un beso que jamás se concretó... Entonces no tuve el beso, pero tuve tu sonrisa trémula y cercana... Mi bienamada María Esther.


-¿Ya regresó, Gorrón enamorado?


-He vuelto Tenchita, he vuelto... Que no es lo mismo que regresado.


-O sea, usted como Larrazábal...


-¡Órale, no sea tan llevada!


-Digo, igual que el oaxaqueño, que vuelve pero no regresa... ¡Lo que se llevó!


-Ah bueno!, si es así la cosa ya "cambéa"... Lo que no cambia es mi canija hambre... ¡Me chillan las tripas igual que a militante de MORENA!


-Pos ora sí que me deja usted sin saber la realidad, sus tripas chillan feo... Pero más feo chillan los que están en contra de Clarita, que no son muchos, pero son gritones.


-Pues si me proporciona la primera dosis de memela con salsa verde y queso, notará la diferencia.


-O sea, es como Miguelito Treviño el Alcalde en San Píter de la Coloña... Al que quería fregar el Barbastengas ese ¡y le salió todo taaaaan diferente!


-Majomeno... Pero mire, le traigo un chisme, las viejas locas de la vecindad naranja, la tal Agustina y la Pelona... ¡Se gritaban rete feo!... Pero se decían cosas horribles! Maldiciones que hasta en una vecindad se oyen feas.


-¿Y eso por qué?


-Pos es que la pelona tumbó al niño de la Agustina... Lo hizo llorar y en vez de consolarlo, le dijo ¡cállese güerco cagón!


- No pos con razón la Agustina andaba con eso de cambiarse de casa.


-Pero si se va se le acaba el chuchuluco...


-¡Ay qué nervio!... Váyase a dejar estos entregos y de regreso pasa por la vecindad a ver qué Escucha.


¡Volando voy!






136 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page