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  • Foto del escritorRed Crucero

La imprudencia de AMLO no tiene límites.


Uno de los oficios más importantes en la vida de un país para que alcance una democracia plena es el del comunicador o periodista y México es el país donde más comunicadores han sido asesinado en los últimos años.

Una cosa es clara, se les debe cuidar la integridad, los derechos y garantías individuales y la autoridad es la primera responsable para que esto suceda.

Hace algunos días, el presidente Andrés Manuel López Obrador cometió un error histórico e infantil, porque de manera irresponsable dio a conocer los montos y percepciones mensuales recibidas por el comunicador Carlos Loret de Mola, uno de sus principales detractores, colocándolo como un candidato idóneo para la delincuencia.

Esta forma visceral de actuar de nuestro mandatario trae consigo una serie de errores consecutivos al violar los derechos de un particular utilizando la infraestructura pública que debe ocuparse para otros fines.

Transgredió artículos de nuestra Constitución, del Código Fiscal de la Federación, de la Ley General de Protección de Datos Personales y de la Ley de Instituciones de Crédito.

Cuando desempeñe mi cargo como diputada federal tuve la fortuna de encabezar la Comisión de Seguimiento a las Agresiones a los Periodistas y me di cuenta del peligro diario que corren al desempeñar sus actividades.

Mucha gente podrá estar o no de acuerdo con la forma de hacer periodismo de este conocido comunicador, pero el actuar del mandatario mostró un alto grado de intolerancia a las críticas y el alto grado de rencor a quienes no comulgan con sus ideas.

No es extraño que en un mundo tan globalizado, en donde las noticias viajan a gran velocidad esta situación se haya vuelto viral y generó una inmensa cantidad de reacciones, la mayoría en contra.

Las redes sociales tuvieron una intensa actividad y grupos de personas, colectivos y comunicadores se sumaron al descontento por este acto tan inoportuno.

El fin no justifica medios y en una nación donde la vida de los comunicadores pende de un hilo se deben buscar los métodos para cuidar su integridad.

No Señor Presidente, los mexicanos no queremos que sea una autoridad opresora, autoritaria e intolerante. Acepte los señalamientos y sea autocrítico y solo así, podrá ganarse el respeto de la sociedad.

Esta es nuestra cruda realidad.

Es cuanto.

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