No, ni Samuel ni alguien de su gabinete cercano sabe que hay una crisis más grande al interior de la ya monstruosa crisis del agua.
Es la crisis del agua potable…
La situación es que ahora mismo es imposible beber del agua que sale de nuestras llaves.
Por lo tanto la gente se ve obligada a comprar agua embotellada.
¿Y qué pasa?… que no hay agua en garrafón.
Misteriosamente las empresas que extraen NUESTRA agua del subsuelo para vendérnosla purificada y embotellada, deciden que no es momento de solidaridad… es momento de NEGOCIO.
A mayor demanda, mejor posibilidad de incrementar precios.
Así, el negocio sencillo es dejar de producir agua de garrafón y vender en presentaciones de seis litros o de litro y medio, que de dan hasta siete veces más de ganancia.
Es perverso… es criminal.
Samuel no lo sabe, tampoco su círculo cercano, pero la gente ya empezó a desesperar.
Si es desesperante que falte el agua para bañarse, para lavar la ropa, para los baños... ¡No saben lo que significa no tener agua para beber!
No lo han visto…
Estamos a nada de episodios de saqueo… de violencia que nadie desea.
Y Samuel de pleito con el PAN.