El pueblo tiene derecho a equivocarse… pero no tiene que pagar con su vida una equivocación.
Se equivoca muchas veces al elegir un gobernante… y se puede equivocar las veces que quiera.
Engañar al pueblo no es tan complicado... pero quién le engaña no debe quedar impune.
La revocación es un derecho… es el paracaídas de reserva para el pueblo que va directo a estrellarse contra el piso.
Aplicar la revocación nunca será sencillo, pero hay que arriesgarse.
Si un pueblo se lanza en masa a firmar la petición de revocar algún mandato, es que quiere revertir su error.
El gobernante sabrà que se arriesga a salir con la vergüenza a cuestas.
Y si gana el proceso saldrá muy fortalecido, sin duda… y me refiero a un proceso real, no al circo que montara López.
Samuel, el pueblo quizá se equivocó…
No lo sabremos hasta que la posibilidad de revocar se haga realidad.