Cuando López comenzó su mandato, solamente había una institución que le superaba en aceptación popular: Las Fuerzas Armadas.
¿Tiene sentido que se haya dedicado a terminar con el buen nombre y el prestigio de dicha institución?
No son cobardes los militares...
Un día les tumbaron un helicóptero con 19 elementos en Jalisco, y fueron los de ese cártel tan amado por López, el nueva generación.
Los militares de tierra fueron por ellos y los alcanzaron en un poblado llamado Tlatlaya... los enfrentaron, los aniquilaron y claro: Los defensores de criminales de diferentes organizaciones civiles bramaron y exigieron que se castigara a los militares.
Todo el lodo lanzado no sirvió para cubrir el brillo de las medallas ciudadanas, el buen nombre del Ejército y las Fuerzas Armadas se mantuvo incólume.
Supongo, creo que López no iba a permitirlo... nadie puede estar por encima suyo, ¡Nadie!
El plan no era muy inteligente, en verdad fue burdo...
Primero buscó la manera de corromper a cinco o seis generales quienes ya eran corruptos y los puso al frente de todos los negocios sucios.
A la buena tropa, a los entrones, a esos los mandó a trabajar de albañiles en sus obras faraónicas... una termo en Michoacán, el aeropuerto Felipe Ángeles, el Tren Maya.
Al resto los redujo a patrullas de 12 elementos, y los mandó a zonas calientes con instrucción precisa de no repeler ataques... de dejarse cachetear por los maleantes... de actuar como cobardes aunque no lo fueran.
Ahí están los videos recientes del efectivo de la Marina quien le da la mano al jefe criminal, quien dice que el alcalde "aquí presente", es su mando... y nomás por eso no cuelga al marino del puente a la entrada...
O el de los militares que huyen de unos hediondos en Michoacán.
No son cobardes nuestras Fuerzas Armadas...
Yo los vi en desventaja numérica echar en corrida a hediondos armados hasta los dientes.
Yo los vi arriesgar y meterse a la refriega para poner en su lugar a los que presumían de muy valientes.
López ha logrado en cuatro años quitar a tan benditas instituciones del sitial en que los tuvo la ciudadanía.
¡Da coraje!...
Uno quisiera que se rebelaran, que dieran la vuelta a sus unidades y pusieran de rodillas a esos malnacidos.
Pero no van a hacerlo, el Ejército es leal a su cometido y obedece al Supremo Comandante.
De todo lo que López ha destruido o atacado, lo que le hizo a nuestras Benditas Fuerzas Armadas es lo que más me duele... lo que más indigna.
López ha caído más... cierto, pero no es consuelo.
México necesita a sus Fuerzas Armadas en el lugar de respeto que nos indica que siempre hay una institución capaz de contener al mal, encarnado por esos miserables carentes de toda condición humana.
Por nuestro bien... alentemos a las buena tropa, no escatimemos el aplauso ni el reconocimiento cuando los encontremos.
Ya llegará el tiempo de volver.