Hoy dormimos con los niños de Capullos mientras en la ciudad de las cloacas, decenas de personas veían a mediodía como un ser humano era asesinado a tiros frente a ellos.
Hace días llegó a Capullos un cargamento de juguetes donado por un filántropo boxeador…
Por esos mismos días, una docena de mujeres de la Asociación Civil UNICAAN (Unidos por un Niño Sin Cáncer) recorren por brechas lodosas de Cadereyta, Juárez y Pesquería, para llevar juguetes a los pequeños a quienes atienden y a sus vecinos.
Ni escolta ni choferes…
Santa Clós es Mauricio, el esposo de la señora Lucero, presidenta de la AC, quien además se disfraza de ayudante del Señor Clós junto a otra de sus colaboradoras… su hija de 10 años es una botarga de muñeco de nieve…
Un maestro de la Álvaro Obregón les acompaña con su esposa y su hija…
Son tres días en jornadas de 14 horas cada uno… terminan el 22 de diciembre, exhaustas y sonrientes.
Lo hacen desde hace 15 años, con sus recursos, con el apoyo de estudiantes…
Cuando terminan su visita en cada casa reciben abrazos y bendiciones, pero nadie habla de buscar likes o followers…
Encarnan con perfección la máxima cristiana de que “No sepa tu mano derecha lo que hace tu izquierda”.
Debo decir que amo a toda esa gente.
Que les amo, por la humildad y porque su corazón es bueno.
Lo hacen porque han visto de cerca ese terrible mal y entendieron que la solidaridad es su mejor arma.
Les amo porque no transmiten en vivo, porque no pautan su eventos en el Face ni en el Tweeter.
No me enoja lo que hace la Pareja de Ensueño apoyada por un boxeador o por una diputada que consigue donativos y los grita a cuatro vientos.
No me enoja... solo que me provoca cierta reacción ver cómo pregonan su bondad y su empatía.
Solo es eso, cosa de buenas conciencias.