Bueno, las redes per sé dieron lo que tenían... 3 de cada 10 votos.
¡Tres de cada 10!
Si Samuel fue el candidato de las redes sociales, ¡qué pobre cosecha!
A fin de cuentas pesaron más los líderes de opinión, los silenciosos líderes que en una familia aconsejan al resto... los que en el almuerzo de la chamba son escuchados... las que en la reunión con las amigas se expresan con claridad.
Esas redes, que no son cibernéticas, sino humanas, enseñaron que valen y pueden más que las inversiones sin sustancia.
Es decir, Samuel García estuvo en todos los escaparates, gastó decenas de millones en promoción... en aparecer antes de cada video en youtube... en todos los post de Facebook... en Instagram... en los Tweet de su influencer consorte.
¿Y qué obtuvo?... tres de cada 10.
Una cantidad de votos con la que no le hubiera ganado a Fernando Elizondo en el 2009... quien por cierto, en esa ocasión perdió contra Rodrigo Medina.
Hubo al final más gente convencida de que Rodrigo no debía ser gobernador... lamentablemente para quienes eso creyeron, no hubo un acuerdo para unificar el voto.
Con esta elección, sin duda, queda en claro que el trabajo de tierra de César Garza fue más efectivo que su trabajo en redes sociales...
Que la tierra que maneja el Grupo Santa Catarina fue mucho más efectiva que las redes sociales.
No, ojo... no quiero decir que las redes sociales no funcionan.
Claro que funcionan, pero no son el todo.
Poner todos los huevos en esa canasta puede dejarte sin almuerzo.
Benditas redes sociales, sí...
Más benditas aún las Redes Humanas.