La detención del ex gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, por presuntos delitos electorales y desvíos de recursos en el caso conocido como las “Broncofirmas” cimbró el panorama político y social de la entidad.
Su captura fue por la recolección de firmas para su campaña electoral para la presidencia en 2018.
Este hecho es la crónica de una captura anunciada, porque cargaba en su espalda con esta denuncia de un hecho que fue conocido a nivel nacional.
En tanto se resuelve su situación jurídica el Poder Judicial del Estado ya turnó al ámbito federal este caso para su estudio y el exmandatario seguirá recluido.
Este presunto delito se suma a una serie de escándalos que ocurrieron durante su gestión.
Un dron para la seguridad que se adquirió a sobrecosto, los desfalcos en Issstelón, la adquisición de cobijas de mala calidad a un precio millonario, la corrupción en la Secretaría de Salud, el aumento en el salario y jubilación desmedida de su suegra.
Y le agregamos, la requisa de La Ecovía, su fallida campaña presidencial y el más importante de todos, la desaparición del agua en las presas de La Boca y Cerro Prieto.
Mientras tanto, tendremos que aprender a sobrevivir en estos tiempos difíciles.
Pero como dice el dicho lo que no nos mata nos hace más fuertes.
Esta es nuestra cruda realidad.