Los niveles de política en México ya barrenan la realidad...
Tocaron fondo de tan bajo que andaban, y en vez de rebotar, barrenan.
Hoy, el tema son las encueradas de Layda Sansores.
Visto está que la señora a sus 71 años no tiene maldita idea de lo que es ejercer política de nivel medio, ya no de altura.
Acusa a las diputadas del PRI de llegar a la cámara por la recámara.
Acusa a las ex funcionarias del gobierno de Campeche, de obtener ascensos en una recámara secreta del Palacio de Gobierno.
Ella paga por difundir eso... por darle vuelo en redes sociales.
La cosa es que ella fue priísta, escupe para arriba.
Si eso fue la "normalidad" en la política... y las diputadas llegaban a la cámara por la recámara... ¿por cuál llegó ella?
O qué... el vicio solo se aplica a otras, menos a ella.
Ensucia la política, ensucia a las mujeres políticas y ejerce la peor violencia de género de la que se tenga memoria en años recientes.
Se ubica a la altura de Pancho Cachondo, aquel tristemente célebre diputado panista, asiduo a los tabledance.
¿Y mientras?
Mientras la inflación alcanza hasta el 13 por ciento en estados como Nuevo León.
Mientras el Presidente compra gasolina cara a Estados Unidos... le pone un subsidio en México para que sea más barata... ¡Y luego se la ofrece a Estados Unidos para que sus ciudadanos compren nuestra gasolina subsidiada en nuestra frontera!
A lo mejor Layda cumple el papel del célebre encuerado que se mete a los juegos de futbol para interrumpir y romper el ritmo al equipo rival cuando tiene dominio.
Vaya usted a saber...
Pero la buena señora se inscribe en un colectivo de payasos que se multiplican en las gubernaturas de México.
Dan pena, de veras.