¿Lamentable?… no, la verdad es indignante por todos lados el pronunciamiento de Luis Crescencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional.
El hombre quien mal representa los valores y el honor de nuestro Glorioso Ejército, invitó a todos para unirse a la 4T.
Además de quebrantar la Ley de Servicio castrense, el general Sandoval muestra con claridad que los funcionarios favorecidos con los presupuestos de López Obrador no tienen el favor ni la simpatía de la tropa, de los generales comprometidos con su lealtad a la patria.
No hay soldado sin honor… pero hay quien rehúsa ser soldado y porta el uniforme a pesar de todo.
No nos confundamos… los editores holgazanes, los periodistas de la nota fácil, hablan con estúpida ligereza del Ejército.
No señor, una cosa es que cuatro o cinco corruptos se aprovechen de los dineros públicos que López hace fluir con el anhelo de tener a los soldados como cautivos… Otra es ver a los hombres de honor ir en contra del narco favorito del sexenio.
Gratificante cosa fue ver a marinos y soldados unidos en busca de los elementos secuestrados… gratificante asunto fue avisar que importaba bien poco con quién estuvieran arreglados, iban por ellos.
Por eso es alentador saber que esos hediondos entregaron con vida a los marinos… supieron que no había general que detuviera tales acciones.
Que no había comandante de las Fuerzas Armadas que impidiera las acciones para recuperar a sus hermanos de arma.
Hemos visto en una semana las dos caras de la moneda…
Un secretario de la Defensa Nacional que llega a extremos impensables de abyección.
Una tropa que nos hace concebir certezas de que aún no caen, ni caerán bajo el indignante influjo del dinero que López les arrima.
Benditas sean las leales Fuerzas Armadas… las del honor intacto.