Dicen, y dicen bien, los seguidores reales y los bots de López, que quienes criticamos al inefable Presidente lo hacemos molestos, ardidos, porque perdimos privilegios.
A dos meses de la elección, la conciencia no me deja en paz... Reconozco humildemente que es cierto, critico a López porque he perdido privilegios.
He perdido, por ejemplo, el privilegio de adquirir un crédito para micro y pequeñas empresas, con el fin de renovar el equipo en mi expendio de quesos y productos del Sureste... Ahora debo estar en el Censo del Bienestar, ser un menesteroso, para que el gobierno me lo regale sin necesidad de que yo lo pague.
Es decir, pierdo el privilegio de sentir que me gano la vida y el sustento dignamente, a cambio de agachar la cabeza y convertirme en un pordiosero institucional y bendecido... Es sencillo, solamente finge que no tienes medios... Inscríbete en el Censo del Bienestar... La dignidad no se come.
He perdido el privilegio de conseguir medicamentos para el cáncer infantil... ¡Vaya clase de caradura que son estos padres de familia!, no se dan cuenta del dinero que ahorran ahora que no compran tan caros productos gracias a la visión de López, bueno, de repente morirán algunos niños, pero seamos serios, un niño con cáncer tiene de por sí alta probabilidad de morir.
Voy perdiendo el privilegio de ver que mi país va en camino de producir y consumir energía limpia, porque ahora la electricidad se produce con carbón y combustóleo. Con esta visionaria política, mis hijos y mis nietos perderán el privilegio de respirar un aire menos envenenado... Otros escandalosos han perdido el privilegio de tener un empleo remunerado... Otros perdieron el privilegio de recibir equipo adecuado en los hospitales en que trabajan, para atender a víctimas del Covid... Madres de familia perdieron el privilegio de contar con una estancia infantil de bajo costo y alta calidad, mientras ellas se iban a trabajar.
He perdido el privilegio de tener disponible una vacuna contra el Covid, ahora la hermosa política social de mi Presidente nos obliga a hacer largas filas con el riesgo de no alcanzar una dosis, que no sabemos siquiera de qué laboratorio viene... He perdido el privilegio de optar por una vacuna en el sector privado, nada más para ahorrar esas largas filas y la pérdida de un día laboral...
He perdido el privilegio de viajar con cierta seguridad por las carreteras de mi país... He perdido el privilegio de ver mis avenidas restauradas tras un desastre natural... He perdido el privilegio de que uno de mis hijos opte y gane una beca para estudiar en el extranjero... He perdido el privilegio de pagar tarifas menos monstruosas por mis consumos eléctricos... He perdido el privilegio de ver a un Presidente que baja de su camioneta blindada para saludar a una anciana o a un padre desesperado; en vez de ello tengo el privilegio de verlo bajar de la unidad para saludar a la madre de un Jefe del narco...
No se hagan...
Seamos honestos, López y su gente tienen razón, lo criticamos porque hemos perdido los privilegios que nos otorgaban los corruptos gobiernos que le antecedieron.