Si de veras, Emilio Lozoya presenta videos y recibos en los que Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray le ordenan desviar 400 millones de pesos... mis respetos.
Una cosa es que Peña fuera simpático en sus asuntos de tonterías y ocurrencias preñadas de ignorancia, otra que por ello merezca solaparle una monstruosa corrupción plenamente documentada, que agrede a quienes mueren de abandono, o sufren carreteras en mal estado, o pierdan la vida en puentes que se caen.
Si de veras... insisto.
Ayer el fiscal Alejandro Gertz dio a conocer en una conferencia de prensa virtual, solito, sin tener al Presidente a su lado, ni a funcionario alguno, lo que Lozoya le contó.
Si a estas horas López Obrador no le ha llamado para reclamarle por lanzarse por la libre, entonces pudiéramos estar ante la primera ocasión en que un expresidente es procesado por actos de corrupción.
Hemos visto tanto circo en torno a Lozoya, que tampoco se pueden echar campanas a vuelo.
Y lo digo, porque jurídicamente el caso no está armado...
Mire usted: Lozoya sigue sujeto a proceso... ¿es así?
Por eso trae un brazalete electrónico que lo ubica las 24 horas para evitar que escape.
Si sigue proceso, no entiendo por qué entrega pruebas en una Fiscalia que ya no está para recibir pruebas... las pruebas de descargo deben presentarse ante el Juez.
¿Entonces?
Pregunto: ¿Por qué el fiscal que ya no tiene el caso es quien sale a declarar que le entregaron esos documentos y esas pruebas?
Por ahí dicen que Lozoya presentó los documentos a la Fiscalía al presentar una denuncia... por tanto, la Fiscalía no puede dar conocer su existencia porque en estricto derecho, favorecería a Peña y a Videgaray... Se llama violentar el debido proceso y se llama, abrir la puerta para que el acusado invoque tal irregularidad para que documentos y video pierdan su valor jurídico.
Pero bueno, ya pensé mal...
Ahora quiero pensar bien: Se hará justicia.