Por razones que tienen que ver con errores y aciertos en la conducta de la fiscalía, Pablo Lyle ya tiene su sentencia y no hay marcha atrás, mientras que Genaro García Luna parece acercarse cada día más a una inminente
, en vista de que el fiscal no ha presentado pruebas relevantes, solo testimonios y declaraciones sostenidas por criminales y expolicias. Después de todo, un buen fiscal es garantía -o causa- de que un caso culmine en cárcel o disfrute.