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En un País Patito, tuvimos un encargado de Ciencia y Tecnología que se encueraba en las mesas de antros, para ganarse la vida.
En un País Patito, tuvimos una secretaria de Educación que robaba a los maestros y aparte, no sabía escribir sin faltas de ortografía... ahora quiere ser gobernadora del Estado de México.
En un País Patito, tenemos un subsecretario de Salud al que corrieron de su anterior empleo por manipular cifras.
En un País Patito, tenemos a una Ministra de la Suprema Corte que se roba la tesis de otros estudiantes para acreditar su derecho a título profesional.
En un País Patito tenemos a una gobernadora adoradora del bótox, quien mueve los hilos políticos contra adversarios.
En un País Patito tenemos un Presidente que tardó trece años en terminar una carrera profesional que no era Físico Matemático, ni Experto en Cuántica, ni Ingeniero Astronáutico...
No, en un País Patito tenemos un Presidente que apenas terminó con promedio de siete su carrera de Ciencias Políticas.
Y tenemos un País Patito porque antes tuvimos empresarios Patito, como Bremer, que acuden al besamanos apenas se los sugieren.
Porque tenemos una Oposición Patito con dirigentes mediocres o bandidos.
¿Hasta dónde podemos descender?
El Cieno es el límite.