Quizá alguien debiera decirle a Joe Biden, que si López lo hizo enojar, se la cobre a López... no a los mexicanos.
Desde que ganó el Demócrata, nuestro inquilino de Palacio Nacional, no ha dejado de provocarlo.
Quiso traerse como asilado político a uno de los principales enemigos del gobierno americano, Julian Assange; Se negó a reconocer el triunfo del ahora Presidente Norteamericano; Acusó a su departamento de Justicia de fabricar pruebas en contra del general Cienfuegos; abrió al público el contenido del expediente clasificado que la DEA le envió sobre el mismo caso...
Y ahora, habla de lo que nunca habló durante la presidencia de Trump: Del Pacto Migratorio.
Quiere que Biden establezca ciudadanías para nuestros indocumentados, y establezca los mecanismos para que nuestros paisanos trabajen legalmente allá.
Y amenaza... "porque ya se están formando caravanas migratorias en la frontera sur".
En pocas palabras, si para darle gusto a Trump mandó a la Guardia Nacional a corretear como locos a los migrantes centroamericanos, a Biden le dice que a lo mejor los deja pasar.
¿Qué gusto por mojarle la oreja?
Pero es SU gusto...
¿No hizo su consulta en Poza Rica cuando le preguntó a la gente si querían que entrara en conflicto con Trump?
¿Y ahora por qué no hace consulta para ver si queremos que provoque el enojo de Biden?
Es un asunto personalísimo... que nada tiene que ver con política nacional.
Es el mismo país, pero le cae gordo el nuevo presidente.
Ese es su problema.
Quizá tengamos que hacer una manifestación virtual... enviar miles de correos a la embajada americana.
Que no se le ocurra romperle la abuela a nuestra economía con bloqueos a nuestros productos.
Que no cancele importaciones provenientes de México.
Que no cancele visas de estudios o de trabajo.
En pocas palabras, los mexicanos trabajadores y productivos no participamos de esa política de provocación sin sentido.
Si López le cantó un tiro, que lo arregle con López... no con los mexicanos.