No sé qué fue peor... el silencio o la explicación.
El silencio explicó muchas cosas, sobre todo, explicó que el Gobierno carece de especialistas en temas ambientales.
Durante la noche y en medio de la crisis, Félix Arratia, titular del Meido Ambiente, tuitea con una foto de la Refinería y pregunta si es de allí de donde vienen los malos olores.
¿Pregunta?... ¿El secretario del Medio Ambiente pregunta?... ¿No somos nosotros quienes preguntamos y él es quien responde?
Minutos después, el director de Protección Civil tuitea y dice que ya se verificó en la refinería y que trabajan con normalidad, nada fuera de lo común, de ahí no viene la hediondez que inunda a Monterrey.
Ante un errático gobierno, comienzan los comunicados con sello oficial, falsos desde luego, que piden a la ciudadanía encerrarse, cerrar ventanas y evitar el peligro en la calle.
Ansiedad es la palabra... ansiedad en los ciudadanos y silencio en el Gobierno.
Al día siguiente en la mañana, el silencio persiste, el Gobernador tuitea con su hermosa hija... y la respuesta de los internautas es devastadora y le exigen respuestas.
Hasta las 10 de la mañana dice tener datos de que fue la Refinería de Cadereyta... más que datos, dice tener videos.
¿Videos?... ¿no hay una explicación técnico-científica que le hayan dado sus expertos?
Ya en la tarde viene la supuesta explicación científica... una extraña conjunción de partículas llegadas de Cadereyta, con partículas regiomontanas y ¡pum!, la bomba ambiental.
¿Y el drenaje?... ¿y el colapso en Juárez?... ¿y la facilidad para convertirse en el vehículo ideal para trasladar vertidos ilegales?
No, lo dicen de inmediato... el drenaje no fue.
Ah bueno.
El silencio dijo mucho... la explicación fue una comedia de enredos.