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  • Foto del escritorRed Crucero

Normalizar el mal


No hubo medicamentos para los niños con cáncer desde el principio...


Los niños empezaron a morir, uno a uno.


Los padres terminaron con los nudillos heridos de tanto tocar a todas las puertas... terminaron de hinojos, sumidos en llanto, humillados, ofendidos y derrotados.


Un día fue normal que asumiéramos que a los niños que les da el cáncer, tienen que morir, porque es lo normal.


Un día dejamos de indignarnos y los padres dejaron de luchar por salvarles... es lo normal.


Quizá se encarguen de darles los mejores días posibles mientras tienen vida, es lo normal.


Normalizar nuestro mal es quizá el proceso más peligroso, pero es el proceso que parece llevarnos a recorrer la 4T.


Es normal que no haya vacunas, y que si hay, te pongan cualquiera, aunque te mezclen las dosis.


¿Te mueres?... es normal, de todos modos tenías alto riesgo de morir por la pandemia.


Asúmelo...


Hoy la petición es: Por favor, usa la luz eléctrica solamente de las seis de la tarde a las once de la noche.


¿Cinco horas de luz artificial?


¿No era lo normal oprimir el interruptor y tener luminosidad a cualquier hora?


Hoy lo normal será que a las once te vayas a dormir, y si quieres leer, o levantarte al baño, te lleves una vela o un quinqué.


Así, el Supremo Gobierno tendrá más dinero porque ahorrará el dinero de la medicina de los niños con cáncer... el dinero de las vacunas... el dinero de la compra de gas suficiente para impulsar las generadoras de electricidad... y lo normal será saber que ese dinero se usará para comprar estadios de beisbol a los hermanos y para ampliar la bolsa con la que mantiene contentos a los menesterosos del país.


Es lo normal...


Acostúmbrate a estar oscuras... a morir sin remedio cuando te toca...


Normalizar lo malo es un proceso doloroso, que lleva tiempo, pero suele ser seguro para los dictadores.


Así normalizaron en Venezuela no tener papel para el baño, ni jabón.


Así normalizaron en Cuba usar La Camella como medio de transporte y hacer largas filas por medio litro de leche y una hogaza de pan; así normalizaron partir en dos el plano vertical de la casa para tener dos viviendas de un metro de alto, en vez de una de dos.


La sociedad termina por acostumbrarse a lo malo, y pensar que después de todo no es tan malo.


Hace tres años... ¿Hubiera usted pensado en una petición del Presidente para que apague sus luces a las once de la noche?


No era normal...


Lo será si usted y yo lo normalizamos, como ya normalizamos la muerte de los niños y el engaño de las vacunas.


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