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  • Foto del escritorRed Crucero

Orfandad


Por José Luis Galván Hdz.



Llegó la orfandad con la muerte de mi padre. A los nueve años no se sabe el significado mismo de esas palabras. La muerte solo la sentía, era por supuesto dolorosa, pero también confusa, porque nunca me permitieron ver el cuerpo de mi padre, lo que me hizo crear la falsa ilusión de que un día llegaría diciendo que solo se había ido un tiempo por un enojo con mi madre o con nosotros, sus hijos.


Quizás por eso, sentía que la palabra huérfano no me quedaba. Recuerdo que la escuchaba en los adultos, algunos así me llamaban, así me definían. Por dentro estaba seguro que mi orfandad no sería para siempre, algún día regresaría de nuevo papá. Pero eso no sucedió y algunos años después, si me sentí huérfano con la muerte de mi madre, ¡ahí sí que no sabía qué hacer con tanto dolor! Ese gran vacío que aun sigo cargando por mi orfandad.


Ahora que en estos tiempos electorales uno de los candidatos, Luis Donaldo Colosio Riojas, utilizo en su campaña el tema tan doloroso de su orfandad, por el que algunos de inmediato lo criticaron, quizás porque no entienden que como otra tragedia es importante hablarla para asumirla y enfrentarte a ella. Que, por cierto, a él le toco por partida doble la orfandad en un par de meses, cuando solo tenía nueve años. Entiendo los grandes vacíos que aun ha de llevar consigo, aunque a veces con el tiempo aprendes a vivir con ellos.


“Guardadas todas la proporciones”, en estos tiempos electorales, también han hecho que la sociedad misma se sienta en orfandad. Por ejemplo, los militantes o simpatizantes de los partidos tradicionales en Nuevo León, como son el PRI y el PAN, se sienten “huérfanos”; ya que sus principales líderes se fueron a otros partidos. Los abandonaron; sus idolologías se murieron, las causas que decían defender desaparecieron. En el Partido Acción Nacional parece haber cometido suicidio al poner candidatos desconocidos o familiares de los dirigentes; mientras que el PRI, eterno sobreviviente a cualquier holocausto electoral, ahora parece que “un tinte naranja con juventud” podría mandarlo a la tumba.


Quizás la clase política de mayor orfandad en el estado son los integrantes o simpatizantes de los partidos de izquierda, que cuando tiene por primera vez en su historia a un presidente surgido de sus filas, impusieron a candidatos que nunca pertenecieron a sus partidos, ni fueron cercanos a sus idolologías e inclusive haces unos meses estos candidatos criticaban duramente las políticas del presidente.


Estas elecciones serán muy distintas por estas circunstancias, de muchas volteretas en las encuestas. La gente se siente vulnerable electoralmente, quizás darán su voto en esta ocasión a un partido o candidato por el que nunca pensarían que cruzarían su boleta. Aún falta tiempo para el 6 de junio, día que los ciudadanos tendrán que demostrar su resiliencia ante la política del estado.



Me pregunto que pasara sí… Luis Donaldo Colosio Riojas, llega a ganar la alcaldía de Monterrey; ¿ Le devolverá algo que le arrebataron en su infancia? O quizás ninguna gloria política mitigue en su interior algo de su orfandad.

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