La histeria colectiva se hizo presente hace algunos días entre la comunidad estudiantil de las preparatorias de la Universidad Autónoma de Nuevo León como la Preparatoria 15, la cual se encuentra en Monterrey; Preparatoria 1, en Apodaca; Preparatoria 7, de San Nicolás; Preparatoria 22, en Guadalupe y Juárez y Preparatoria 16.
A través de diferentes plataformas de redes sociales se difundieron mensajes, vídeos y audios con amenazas hacia estudiantes que denunciaron y expusieron a algunos de sus agresores tanto a compañeros como a profesores en el pasado Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo.
Fue impresionante el efecto que tuvo entre la comunidad estudiantil, sobre todo en esos seis planteles educativos de nuestra máxima casa de estudios.
Pudimos enterarnos de la rapidez con que corren las noticias en estos medios de comunicación.
Hay que decirlo y aceptarlo, nuestros cuerpos de seguridad tanto estatales como municipales no están preparados para atender en tiempo y forma este tipo de situaciones.
Es cierto, que la UANL cuenta con un equipo de seguridad privada, pero como lo vimos, no es suficiente y se requieren más esfuerzos y más protocolos.
No podemos olvidar que existen planteles de educación media y superior en diferentes municipios y por lo que pudimos ver, no hay una buena coordinación para atender este tipo de urgencias. Urge que haya mesas de trabajo entre estas dos autoridades.
Cada año, se destinan miles de millones de pesos del presupuesto estatal para el rubro de la seguridad, pero no vemos resultados ni políticas públicas en los que se vean reflejados.
Esperemos que sea un hecho aislado y que no pasemos del hábito a la costumbre y si vuelve a ocurrir no los agarre con los brazos cruzados.
Urge que se coordinen a la voz de ya y apostarle a la prevención.
Esta es nuestra cruda realidad.
Es cuánto