Y ahora resulta que la víctima del espionaje espía.
Y ahora resulta que el denostado programa Pegassus atribuido a García Luna... ¡se usa en la actual administración!
Pero no se asusten, ya dijo López que ellos nomás espían criminales, habrá que creerle.
Y mientras la porquería política llamada Pablo Gómez sacaba sus cuadritos elaborados en algún jardín de niños de la 4T, para mostrar según él cómo los negocios de García Luna beneficiaban al PAN, de repente esos mismos negocios salpican al gobierno de López.
Porque, verá usted...
Cuando García Luna sale del Gobierno Federal, monta una empresa dedicada a temas de Seguridad y de Inteligencia, asociado con el ex número 2 de la CIA: Joe Rodríguez.
Y entre sus equipos a la venta aparecen los equipos para espionaje, que se supone, deben ser utilizados contra el crimen organizado.
Se lo compran TODOS los gobiernos estatales de todos los colores, desde luego, incluidos los panistas.
Y esas son las ligas que el esperpento Gómez presenta como su gran descubrimiento.
Pero no bien termina de realizar su acuciosa presentación, revienta a unos cuantos kilómetros la denuncia de que el gobierno de López espía a periodistas, con el mismo sistema que les vendió García Luna.
Bueno, ¡andan de una suerte!
Que tiran la piedra y en el camino se les convierte en boomerang, y se regresa para darles en todo el hocico.
¿Y ahora?... ¿qué es lo más grave?
¿Que espían a opositores?... ¿o que espían con herramientas compradas a García Luna?
Estos no escupen pa arriba, no son tan tontos...
Escupen en contra del viento.