Son días en los que cualquier niño de 12 años puede abalanzarse para realizar programaciones de muy alto nivel, días en los que el mundo digital no pone el límite alguno a los estudios informales ni al aprendizaje a través de las plataformas, días en los que la ciencia de materiales, la mecatrónica y la robótica abren nuevas puertas al conocimiento y al ejercicio artístico…
Pero lo más asombroso es que las discusiones estéticas se han quedado atrás, y hay gente que todavía intenta discutir la cuestión del estilo al momento de resolver obras a base de acrílico, óleo o dibujo. Eso no deja de ser asombroso.