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  • Foto del escritorRed Crucero

Regreso a clases... de fiasco en fiasco


Un año después, a nadie se le ocurrió desarrollar un modelo educativo que elimine los vicios del fiasco que tuvimos cuando la pandemia agarró a las autoridades como al Tigre de Santa Julia: En cuclillas y los calzones a las rodillas.


Uno espera seriedad... ¡no exigimos brillantez!, pedimos seriedad.


Partimos de un hecho indubitable: No podemos regresar a lo que recién tuvimos.


Eso fue una porquería, un fiasco, que se entiende bajo las circunstancias que le rodearon.


Un año después requerimos un modelo que comience con la seguridad sanitaria de los niños; que se les cuide y se impidan los contagios... y en segundo lugar, que permita una eficaz supervisión del aprendizaje y evaluaciones efectivas.


El actual gobierno, estimulado por una lectura errónea, que no quiso ver el crecimiento del tercer brote, se preparaba para el regreso presencial.


No más... no habrá presencial. No al menos, al 100 por ciento.


Pero no hay forma de garantizar que los niños tendrán un maestro enfrente de vez en vez... o que podrán ir a la escuela en grupos de cinco a 15 alumnos... que guardarán sana distancia con el virus.


A Samuel García no vale la pena pedirle proyecto, imagínese... Ya salió con la chupaleta de que enviará a su futura secretaria de Educación a Texas, para que hable con la titular de educación de allá...


¿A Texas?... ¿Y en qué se parece un estado como Texas a un estado como Nuevo León?


En fin, Samuelito no trae maldita la propuesta en su morralito Gucci...


La cosa entonces descansa en el actual gobierno, en los actuales...


¿Quién va a dar el paso al frente?


¿Quién nos va a dar una respuesta seria?


Me late que vamos a tener que resolverlo por nuestra cuenta.


Porque los payasos nomás producen una cosa: Gracejadas.






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