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  • Foto del escritorRed Crucero

Salvación por Lalo “la Brocha”



Por José Luis Galván Hdz.


¡Uno, dos, tres por mi y salvación por todos mis amigos! Así solíamos jugar a las escondidas en las calles de nuestra colonia de la infancia: “La Victoria”. También recuerdo que jugábamos futbolito con unas porterías hechas con dos piedras simulando los postes. Se armaban “las retas” con los amigos de las otras cuadras, que por cierto la mayoría eran familia; estaban primos, hermanos , sobrinos etc. Los Gámez que eran suficientes no para hacer un equipo sino dos o hasta tres. En nuestro equipo recuerdo que jugaba: “el pelitos”, Cristóbal, Tatis, mi hermano Beto, Luis “el Loco”, Lalo “la Brocha” y yo entre otros.


Recuerdo como gozamos esa hermosa infancia que vivimos en las calles a altas horas de la noche, sin temor, ni peligro. Un día siendo adolescente mi amigo, Lalo “La Brocha, se fue de la colonia, sus papas se cambiaron y lo deje de ver por mucho tiempo. Algunas veces él solía ira a visitar a los amigos de la niñez en nuestra colonia pero después me tocó a mi dejar el barrio y pasaron muchos años para volvernos a encontrar.


El rencuentro con Lalo era mas que actualizarnos de nuestra vidas, revivir las aventuras de la infancia, por ejemplo de cuando nos íbamos caminado a la Monumental Monterrey de noche junto con la palomilla del barrio para ver la lucha libre que a veces era ir un día entre semana o los domingos que eran las estelares.


“La Brocha” es de esos amigos entrañables de la infancia que por el destino solo nos buscábamos cada tres o cuatro años, pero cada vez que nos encontramos nos vemos igual, por que no te fijas en el aspecto físico al estar conversando, la platica ya no es de dos hombres de 40 o 50 años, si no que terminábamos riéndonos a carcajadas como los niños que fuimos.


Hace un par de años a Cristóbal, el otro amigo de la barrio, se le ocurrió actualizar a los camaradas en las tecnologías, al fin de cuentas era el momento de resetear nuestra amistad, estábamos ya entrado al “quinto piso”, así que nos unió por medio un grupo de WhtasApp, en el cual solo apreciamos Cristóbal, Beto Gámez ( el de la gran familia) por supuesto Lalo “la Brocha “ y yo.


Ahí estábamos los cuatro niños de casi 50 años intentando comunicarnos nuevamente mediante un aparato que la verdad no imaginamos que podía llegar a existir, alguna vez vimos en la película por televisión la escena clásica de “Santo llamando a Blue Demon”; los luchadores se comunicaban por una especie de radio o teléfono que se conectaba por cables a una de televisión grandota y se podían ver. Pero hoy, con un pequeño aparato telefónico sin cables te conectas con el mundo y los puedes ver, oír o escribir a tus amigos donde quiera que estén.


En estos momentos observo mi celular y quisiera mandarle este escrito a mi entrañable amigo de la infancia, o llamarles con alguna aparato viejo al Santo o Blue Demon para que nos ayude, por que hace unos días me enteré que habían secuestrado a mi amigo… y después lo encontraron muerto. Quisiera correr de nuevo como cuando éramos niños en las calles del barrio y gritar uno , dos , tres por mi… y salvación por Lalo La Brocha.


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