Hace seis años, un grupo de empresarios decidió golpear a Rodrigo Medina, tras una discusión con el entonces gobernador, acerca del Impuesto Sobre Nómina.
Hace seis años, un secretario de Gobernación con aspiraciones presidenciales decidió que no era conveniente que la candidata de Rodrigo Medina (bastante limitada por cierto) ganara la gubernatura de Nuevo León, no tanto porque significaba algún riesgo para la entidad, sino porque un Rodrigo vencedor, se convertiría en otro aspirante presidencial.
Hace seis años un periódico enojado con Medina por su cercanísima relación con Multimedios, a la que pagaba cantidades bestiales, decidió convertirse en el vocero de este gran acuerdo político-empresarial...
Y así, de la nada, un ranchero ignorante y hablador se convirtió en el beneficiario del peor atentado en contra de Nuevo León.
Cero obras y una corrupción que rebasó y por mucho la que prometía combatir; infraestructura en agua y drenaje colapsada; un torpe manejo de la pandemia que llevó a la quiebra a miles y a la tumba a otros tantos; infraestructura vial estancada... El transporte hecho pedazos y convertido en el botín particular de la pandilla de compadres del mandatario...
Hace seis años teníamos a Fernando Elizondo y lo usaron de comparsa (que él lo permitiera fue todavía peor).
Hace seis años lo permitimos...
Hace seis años pensábamos que sería eterno un sexenio de corrupción e ineptitud.
Pero ya se termina... ¡Se termina!
Respiramos, aspiramos profundamente, recogemos los pedazos de un Nuevo León golpeado sin misericordia.
Seis años después... ¿Es verdad que vamos otra vez por donde mismo?