top of page
  • Foto del escritorRed Crucero

Sábado de Anecdotario


"No va... no va"... Dos veces lo repitió Alberto Ortiz Certucha, cuando le preguntaron varios vecinos de Allende, acerca de su preocupación por la construcción de varios fraccionamientos habitacionales en aquel hermoso y citrícola municipio.


Estaban en El Principal, echando café, y los hombres de aquellos rumbos se ponían intensos.


"Pero díganos la verdad, comprometa su palabra de hombre a que esos deslindes que andan haciendo, no van a terminar convertidos en montón de casas para gente que va a llegar de fuera, y no es porque vengan, es que el agua no alcanza para los que ya estamos, imagínese cómo se va a poner todo en cuanto tengamos mil 200 familias nuevas".


Ortiz Certucha, no muy proclive a tolerar que le hablaran fuerte... o que le contradijeran... aguantó un poquito.


"Miren, les pido con todo respeto que tengan confianza, en este momento le pongo lupa a todo esto y me comprometo a que nada que les afecte va a ocurrir en este bello municipio".


Uno de los hombres, llamado Obdulio, de plano dejó todo en claro...


"Pero nos va a dar su palabra... porque mire amigo, la palabra es lo único que tiene el hombre pa demostrar su hombría, porque el que no da su palabra, ¡Tarde o temprano da las nalgas!... pero algo dará".



216 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page