Año del 2008, la bancada del PRI en el Congreso ha perdido la mayoría ante el PAN e Ildefonso Guajardo, como coordinador tricolor busca la manera de ganar los debates.
Es una de las legislaturas más intensas, con debates a diario, con agarrones en la tribuna.
Un PAN fortalecido con don Jesús Hinojosa, Julián Hernández, Fernando Larrazábal, Norma Robles, Miguel Ángel García, Fredy Rodríguez, Ranulfo Martínez...
Un PRI que veía despuntar a Clara Luz Flores, Benito Caballero, Félix Coronado, el doctor Francisco González, Lupita Guidi, Diego López y el Tractor Treviño.
Ildefonso nunca subía a tribuna, excepto aquellas ocasiones en que era necesario acabar con el debate con un mazazo...
Veías que tomaba camino con parsimonia, y entonces se hacía el silencio en las curules... en la galería... en la "periquera" donde se encontraban los reporteros.
En cierta ocasión se discutía el tema de la ampliación de la línea dos del metro; el PAN utilizaba a Ranulfo para mostrar datos, cifras y comparativas que indicaban que los precios estaban inflados...
Clara Luz defendía la plaza con maestría...
Pero el debate se alargó y llegó a un punto en que no avanzaba; entonces Ildefonso preparó unos apuntes, respiró hondo y se aprestaba a solicitar la palabra, cuando se le acercó Diego López, el croquista...
"Mi coordi... no se ensucie las manos en esto, por favor... ¡Permítame el honor de romperles su madre a estos cabrones!"
Ildefonso sonrió... meneó la cabeza y dejó que Diego subiera, a romper todo con una de esas gracejadas de las que tanto hablaba el panista Javier Ponce.
Como los azules atacaban los argumentos priístas con interrupciones para solicitar una interpelación, Diego dijo para arrancar y terminar con todo...
"¡Vengo a que me la interpelen!"