Volvamos a 2006... Marzo del 2006.
López Obrador es un monstruo de popularidad, aventaja por 35 puntos a un Felipe Calderón cuyos estrategas no dan pie con bola, lo presentan de con traje oscuro y gesto grave.
Imposible alcanzar al tabasqueño, quien se siente mandatario.
¿Y qué ocurre?
Felipe se reconvierte... Vuelve a ser lo que siempre fue: El Hijo Desobediente.
Los poderes ciudadanos, civiles y políticos llegan a un acuerdo no escrito.
López es un peligro para México, hay que unirse en torno a quien pueda derrotarlo.
El milagro se fragua lentamente... Cinco puntos un día... Cinco otro día.
López comete errores "Cállate Chachalaca", le dice al Presidente Fox, insulta a los empresarios.
Calderón aprieta con una frase inolvidable: Mano Firme, Pasión por México.
Los encuestadores de siempre, los que venden los resultados mantienen sus datos: López es inalcanzable.
Volvamos al 2021... Marzo del 2021.
López Obrador es un monstruo de popularidad.
López comete errores: Blinda el Palacio Nacional, se pelea con las mujeres, no da pie con bola en el asunto de las vacunas.
Los encuestadores y comentadores a sueldo dicen que el Presidente cuenta con el 70 por ciento de popularidad.
El platillo está en proceso, López se dirige al mismo destino del 2006...
Sólo falta la unidad de todos los factores de oposición...
Solo eso...
