Alguien vio ganar a Layda Sansores... Alguien vio ganar a Cuitláhuac... Alguien vio ganar a Samuel...
Alguien sacó de ello una conclusión: Los votantes en México están absolutamente idiotas.
Asumida tal idiotez, deciden y toman decisiones que un electorado idiota aprobará sin problema.
Y así, un gobernador cree que es genial apoderarse de todo y manda a su esposa como candidata a la alcaldía de la ciudad más importante de la entidad.
Y así, una alcaldesa reprobadísima cree que es buena idea heredar el cargo a su hijo, responsable de muchos de los vicios de su administración.
Y así, un partido como el Verde se dispone a revivir a los más corruptos y criminales integrantes de un gobierno reciente, con la certeza de que volverán a los primeros planos.
Uno ve todas estas chorradas, menea la cabeza y exclama: "¡Bueno! ¿Pensarán estos hijos de su abuela que estamos idiotas?"
La respuesta es sencilla: Sí, ellos creen que estamos idiotas.
Lo peor: Les hemos dado razón para creerlo.